Han pasado varios años, incluso llego a creer que perdí la cuenta, desde el día en que escuché pro primera vez esa música simple, barata y desechable llamada Punk. Es más, fue antes de saber que se llamaba así, antes de saber de la existencia de esta subcultura... Años atrás, cuando era un niño y veía la teleserie Sucupira en TVN. Recuerdo que cuando aparecía Juan Burro en la pantalla, la música de fondo decía "si me enamorara otra vez..." y luego de una intro suave, empezaba a sonar una batería redoblada, una guitarra estridente y unos gritos que llamaban a saltar y a desgarrar la garganta. Sin saber siquiera, me movia, me gustaba, me llamaba a ir más lejos, cuando tenía unos 7 u 8 años.
Hoy, mirando al pasado, veo que mi relación con el movimiento que marcó mi adolescencia tardía comenzo mucho antes de Darme Cuenta de lo que pasaría y de lo que pasó. A mis 15, a diferencia de la cancion de Gonzalo Yañes, empezó un proceso de rebeldía: odiaba a todos, a todo. Culpaba a Dios, a mis padres, a toda esta inmunda ciudad el hecho de que yo estuviera aquí, lejos de lo que fue mi vida desde niño, de mis amigos, de todo lo que conocía como mundo. "Lejos Estoy" de Dos Minutos, aunque en ese entonces no los conocía. ME he vuelto a alejar. Es algo ya común en mi, osea, desviarme, alejarme del hilo principal, dispersarme. Y es que nadie es de una sola línea,o mejor dicho, nadie tiene un camino vertical o una sola via por la cual fluyen sus pensamientos; olores, colores, sensaciones, hacen que uno eleve la mente y la traslade a episodios de su historia que también son importantes de contar, de narrar, aunque no haya quien lo lea.
Volviendo a lo que me convocaba a lsmar toda la tinta que fluye por mi conciencia, recuerdo haber llegado a una ciudad extraña, a una vida diferente. Haber perdido -eso creía yo- a mis amigos y a lo que fui alguna vez, me hizo retraerme, odiar, temer, intentar alejarme de todo lo que fuera humano, porque era fragil, era destructible, porque en cualquier momento podía acabarse todo, como me acababa de pasar. Un día, echado en mi cama, escuchando la radio, dentro de todo ese malestar psicológico que sentia en ese instante, una canción me hizo abrir los ojos... y fue precisamente una version Punk de una banda nacional de un clásico de la musica:
Fiskales y su inmortal Resistiré.
Esta canción significó un grito de lucha, un renacer de energías, de esperanzas y sueños, de maldecir una y otra vez, pero sin rendirse, al destino, a la vida y a los mil y un obstaculos, maldecir, odiar y golpear, pero nunca perder la sonrisa en el rostro, que te decía mañana puede estar peor. Y recordé viejas canciones, que sin saber escuchaba, busqué entre mis cosas un disco que una vez había comprado a una amiga, para venderlo mas caro a un compañero Punky, pero que nunca pude deshacerme de él. Puse la radio a todo volumen y el CD empezó a correr... Buitres, Atrapado, Bajo Este Sol, y varias mas...
Una revolucion recorría mi ser cada vez que el ritmo se hacía rapido y fuerte, cada vez que sonaba un coro con guitarras ed 3 acordes y una bateria más rapida que lo normal. Una sensacion de libertad, de ganas de moverme, de salir y patear, pegar, saltar y gritarle al mundo jodido: No me la Ganas!
Cada vez era más fuerte ese llamado, cada vez necesitaba más musica, mas variedad, más sonido y mas contenido... Llego a mis manos Dos Minutos, La Polla Records, Ska-P (en sus inicios), y poco a poco mi forma de ver el mundo, de sentir la musica, de caminar, vestir y de pararme ante la vida cambio...
De eso, van ya unos 5 años. Desde el primer momento que use pantalones paté, zapatillas de lona y poleras roñosas, fue como un renacer, un jodido renacer de esa energía que sentía cuando era un niño y me subía a los arboles, saltaba de un lado a otro o me ponía a correr jugando a la pelota. Esa energía que creía extinta, había vuelto, y más fuerte que nunca.
Fue todo un proceso, desde las primeras canciones pasó un año y me paré la primera Cresta, ese mismo verano comence a atesorar parches y remaches, algunas pulseras y cosas por el estilo... Necesitaba revelarme, necesitaba gritar.
Fueron años muy locos. Años de alcohol, dineros mal habidos, a veces una que otra piteada de un cigarrillo verde, machetear monedas y beber de lunes a lunes, tocatas, peleas, golpes en medio de un Slam hipnotizante y noches de borracheras en las plazas y calles de la ciudad. Días de relajo, de echarse toda una tarde a fumar cigarros, conversar y tomar cerveza, mirando a las Pajaritas cómo hacian malabares en el Semáforo de Edwards con Brasil. Tardes de tocatas en la Ex Cárcel, donde bailabas, saltabas y terminabas lleno de polvo hasta la garganta, de mañanas de Caña en la casa del Tigre, con el que me empece a juntar solamente porque cuando andabamos juntos, terminabamos pinchando con minas, a veces mas de 2 o 3.
Noches de verano en las que llegabas medio ebrio, comías el bajon de sopaipillas en la entrada del pasaje quillota y entrabas a tu casa, te acostabas y al día siguiente te levantabas tarde, almorzabas y volvías al centor, a machetear para comer, tomar y seguir la juerga hasta que el cuerpo no diera mas.
16, 17, 18, 19 años.... Cuatro años en los que todo eso se repetía sin ser una rutina. Mi sueños se cumplieron: mi banda, escenarios, guitarras y un publico que enloquecía mientras salian de mi garganta notas destrozadas y voces de cementerio totalmente gastadas....
Fue mucho exceso, fue demasiado el nivel alcanzado. Me canso, me tuve que alejar, tal vez por que ahora entraba a una nueva vida. La Universidad cambia a las personas, no quería creerlo, pero lo veo. Ya no tengo una Moika, ni uso los remaches. Pero también es que uno crece, y toma responsabilidades... madura, como dirían algunos... Y es jodido.
ME alejé de eso que me llamó denuevo a vivir, a sentir, a volverme loco y vivir mi locura sin importar nada, lo que hizo de mi lo que soy o fui, en un momento... La música había cambiado. Rap, Reggea, DanceHall, Rock progresivo, y mil huevadas mas. Estaba perdiendome, dejando de ser yo.
Ahora entiendo a mi ex... Cuando terminamos me dijo: "Yo necesitaba irme, porque me estaba perdiendo, ya no estaba siendo yo."
Me perdí, dejé de ser impulsivo, dejé esa chispa, esa energía, esas ganas de saltar y hacer Parkour o de ir a la playa y meterme al mar...
Necesitaba alejarme. Ahora me doy cuenta de eso, tenía que dejar de ser yo para conocerme, para entender que en el fondo, era yo y no una faceta o una etapa. Que de verdad esas guitarras me llamaban y que ese sonido me llenaba por completo. Era un niño cuando lo conocí, y en ese tiempo viví lo lindo, la Versión Trainspotting de la película, donde tomar unas birras, ir a tocatas y saltar, machetear y hacer de cada noche una juerga parecía no solo aceptable, sino genial... Pero luego, comenzaron a verse las partes, las barridas, los golpes, peleas, amigos cayendo en cana, angustiados por un pito o una linea, y las noches de incertidumbre por tu estado etílico.
Necesitaba alejarme, para volver, lleno de nuevas fuerzas, de ese ritmo... de la misma fuerza solo que sin esa parte tan negra...
Hoy miro al pasado, y puedo decir que si, viví rápido, pero no terminé la consigna con Morir Joven. Tal vez parte de mi si lo hizo, parte de esa inocencia, o de esa ingenuidad, o quien sabe. Solo se que hoy, puedo decir que viví como quise, como me gustó, y como nunca lo hubiera hecho... y ahora, solo quiero vivir, simplemente estar bien, y seguir lleno de esa energia jodida. Y de esa música, de esa necesidad de saltar, de correr y de seguir siendo yo. Espero no perderme otra vez.
Quinta Entrega
Bitácora del Capitán: Marzo 27, 2009. 14:04
- I'm Shipping Out to Boston.
