domingo, 27 de septiembre de 2009

Número XV: Ganas de Lluvia

Y me quedé esperando la lluvia...
Miré por la ventana del comedor de la casa de mi compadre Ricky: el sol a medio camino engtre el cielo y las partes más altas del cerro que teníamos al frente, amenazando con ocultarse dentro de poco sumiéndonos en la mayor oscuridad, quebrantada por los faros y postes del alumbrado público.

Miré al sol, al cielo, me dediqué a observar el paisaje lleno de bosques, árboles, casas enclavadas en las faldas de los cerros, y volantines colmando el firmamento despejado... Aunque hoy no había volantines, ni un despejado cielo. Nubes oscuras jodían mi momento de observador.

Salí al techo y me acosté. Necesitaba limpiarme, desintoxicarme y sacarme de la cabeza todo lo ocurrido este maldito fin de semana (Drum & Bass, La Sala, Scout, Carretes, ella...) Extendido sobre el techo de zinc, buscando como lagartija los últimos y débiles rayos del sol que iban quedando en el ambiente, buscaba dentro de mí esas respuestas a las preguntas de la otra noche. La temperatura bajó unos grados, el cielo se oscureció aun más... el sol estaba casi fuera de vista, y una gota golpeó mi rostro.

Una, dos... unas cuantas. El día me sonreía de gran manera, me preparé y seguí acostado ahí fuera, esperando la limpieza total, el baño que la naturaleza me tenía preparado para poder concretar esa necesidad de un renacer, de revivir con más energías, y de cerrar de una vez más de uno de los capítulos sueltos que tengo a cuestas. Y en eso me quedé, esperando, suplicando al cielo que lloviera y mojara todo, arrasara con lo establecido, con lo que estaba, con lo que existía, para que mañana, con las primeras horas del alba, las huellas del agua caida sobre la tierra dieran paso a un nuevo mundo, un nuevo día, un nuevo Yo. Pero me jodieron, me dejaron con las ganas, me cagaron medio a medio y me dejaron a medio camino entre el nuevo yo, y el asqueo del inmundo fin de semana.

Da igual. Bajo la ducha la sensación no es la misma, pero el efecto es parecido y es lo más cercano que hay. El día que se me ocurrió llevar este blog, lo pensé casi a la ligera: mi nuevo espacio, donde esta vez, no iba a ser cuentos o criticas o lo que sea. No. Esta vez seria algo distinto, algo puro, algo A Tinta Suelta. Nunca pensé que lo que partió como mi forma de desahogarme y de escribir, para no perder el hábito, y aparte ir dilucidando mis nebulosas mentales, se transformaría en una verdadera vitrina a mi yo más bajo, radical, profundo y oscuro. Hoy, a meses de haber empezado, y en el número 15, pienso que tal vez he ido demasiado lejos. A veces, al menos.

Una persona me dio a entender que para estar al tanto de lo que pasaba en My Twistted Head debía meterse aquí y tratar de leer entre líneas de qué se trataba todo esto. Anoche, una señorita me pidió que le hiciera una promesa... unas cuantas en realidad... No lo hice, no por que no fuera capaz de cumplir, nada que ver. Fue por que no me nació, no quise hacerlo, por que no tenía sentido alguno. En sus mismas palabras, no quiero que me pida hacer algo para que luego termine odiándola por eso. Lo siento, las reglas son claras...dentro de todo.

La lluvia me defraudó. El día se jodió en grande, y yo estoy asqueado con ganas de saltar desde un puente. Bajando de la casa de mi compadre, despidiendo el fin de semana, conversaba con uno de los individuos que figuraron en mi noche de extraños momentos, y me dijo que lsa cosas antes no eran así. Cuando él vivía por esos lares, no estaba tan lleno de flytes, ahora aparecen de cualquier parte... Le respondí que las cosas cambian...
"Los tiempos cambian, la música cambia, hasta las drogas cambian..." Trainspotting me cagó la existencia.
Últimamente una canción me ha jodido más aún. "Cambia Todo Cambia" versión Miserables...

-Quién dijo que todo tiempo pasado fue mejor...
-Quién aseguró que los cambios son buenos...


Bitácora del Capitán: Septiembre 27, 2009. 21:49 hrs

"Cambia el modo de pensar...cambia todo en este mundo..."
-Jódanse por un rato, quieren?

martes, 22 de septiembre de 2009

Número XIV: "Bomb"

Antes de sentarme frente al teclado, tenía pensado escribir sobre mis úlltimos monólogos internos, mis ganas de mandar todo a la mierda y sobre todo, de Mala Onda.

Pero, después de unos vasos de cerveza, unas hojeadas a Cria Cuervos y un poco de vagaje mental inconsciente, el orden de las ideas se me fue a la mierda. Pero lo que me jodió no fue tan solo eso, fue una conversación -más parecía monólogo-, con una persona que tal vez es importante para mi. O lo fue. Ni idea.

Viendo esa Basura de RealTV de Pelotón me imagino que sería de mi en una base estudio, compartiendo con otros seudo famosos, compitiendo para ganar no se cuantos millones.
"Me fui por miedo". Me dejó jodida esa frase. Si, yo le hablé primero, yo le pregunté por qué se había ido, pero no crei que me contestaría, no creí que aparecería, ni mucho menos pensé que me diría que se fue por miedo. Prefiero no seguir pensando en esas cosas... ya me he devanado mucho los sesos intentando descifrar a una chica medio colorina-medio castaña; de ojos café y lentes que la hacen ver intelectual.

Me basta y sobra con eso, ultimamente pensar mucho me ha jodido en algunas situaciones. Es que eso de seguir siendo un "universitario" con compañeros que no soporto, en una casa de estudios que no me hace sentir bien, y en una casa donde a veces todo va bien y otras se arma un verdadero campo de batalla por mi singular forma de ver el mundo. Sigo pensando que no es necesario tener un titulo para ser alguien, que las universidades y escuelas solo sirven para perpetuar un modelo y una concepcion de mundo totalmente jodida y muerta. Pero eso no viene al caso.

"No hay razon para mi regreso", pero sí se fue por miedo. Le dije que si bien no la busqué, si me pregunté dónde andaba, qué había sido de ella, a pesar que era una desconocida. "Que cliché". Fuck. Soy un cliché andante en ciertos sentidos, con mi postura de malo y patán pero con mi lado tierno y sensible, onda el típico rudo-pero-tierno de las películas de la onda James Dean, aunque detesto a ese carcamal. Es lo mismo que con Neruda, vendieron algo, lo prostituyeron, lo socavaron al 100% en un esfuerzo por llevar las cosas a las masas estúpidas. Así es como joden muchas cosas buenas. Las venden, las masifican, las prostituyen... las joden.

Ya pasan de las doce, sigo sentado frente al monitor, las manos en el teclado y ella de vez en cuando hablando, comunicandose conmigo. Y yo, no lo se... estoy distante, no me pida cortesía y halagos de un momento a otro, no. Mirando los recortes, fotos, posters, dibujos y otros, pegados en todos los muros de la pieza, siento que necesito un cambio, algo radical, algo nuevo. Corte de pelo, corte de vida, cambio de pieza... Sería genial salir de este mundo y verlo desde fuera, como absorto, como cuando juegas "Commandos", o el "Mario RPG", donde se ve el mapa casi completo desde arriba, como un dios o ser omnipresente, que controla los destinos de los personajes. Qué pasa cuando este dios lleva por el camino equivocado a Mario? Que pasa cuando a Luigi se lo come un Pescado por que el controlador no alcanzo a sacarlo a tiempo? No es lo mismo que el Dios o ser superior que promueven las iglesias? En resumen, me gustaría ver las cosas desde lejos.

No sé que me pasa. El sábado iba bajando de la casa de un amigo y jefe Scout y me dedique a pasear por la feria de los cachureos que se había instalado a pesar de las cañas dieciocheras. Herramientas, antigüedades, discos, ropa vieja e inservible. Me detuve en un puesto de libros. Mala Onda con un Matías Vicuña MOD me sonreían en una de las portadas. El trámite fue fácil, el tendero estaba conversando con una, al parecer, clienta. Se distrajo, se alejó lo suficiente. Miré a ambos lados, y lo recogí. Me sentí una especie de Robin Hood Chilensis, onda robarle al que tiene, para darle al que lo necesite. El viejo lo tenía y yo lo necesitaba.

Y en estos días, mientras descansaba de la farra, me puse a leer el fucking libro que años atrás consumió mis horas de ocio en esta casa del cerro barón. Ahora, años después, se supone que uno ve el libro de otra manera, o que encuentra algo más, pero no, es casi el mismo sentido, salvo que ahora estoy más conciente del mundo burgués cuico del Matías, y que los episodios planteados por Fughet a veces llegan a ser irreales. Y me pongo a pensar en mi propia vida, mis 21 años, y francamente, la literatura queda chica a veces. La ficción supera a la realidad, aunque sea difícil de creer. En todo caso, 4 estrellas al libro de Fughet. Y en general a la literatura del cabrón. Lo recomiendo.

Volviendo a la razón del por qué escribo, no hay nada de fondo. Sentía que ya era hora de volver a subir algo al Blog, que no actualizo desde Agosto. Ahora, los caracteres que coparon el espacio, es mera tinta suelta, casi haciendo sangrar al teclado. La vida sigue adelante, la monotonía me aburre como siempre, me carga este clima de invierno-primavera donde un día llueve y al otro bajo a la playa. Pero por sobre todo me estoy detestando a mi mismo, a mi transigencia. a mi estatismo. Me estoy volviendo un puto seguidor del Stablishment criollo. Quiero -NECESITO- irme a acampar, salir de la city. El puerto se está hundiendo, espero no hundirme con él.

Bitácora del Capitán: Septiembre 22, 2009. 00:54
-"Un Chile-libre, pero con pisco en vez de ron...
-Todavía falta para eso."