Una fría y lluviosa tarde de domingo, hace ya varios años en mi viejo hogar llamado Las Condes, tres amigos y yo emprendimos un viaje casi místico e insospechado... no teníamos idea de que iba a pasar, cómo iba a terminar, ni mucho menos, que ese pequeño paseo determinaría lo que estoy estudiando en este momento.
Salimos del condominio Vital Apoquindo. Bajamos un par de calles y llegamos al Liceo Politécnico Los Dominicos. Eran las 16:30 y nosotros esperábamos un recibimiento algo más cálido. Se suponía que a las 5 de la tarde sería el programa piloto de nuestro "Locos de Remate", un show radial conducido por jóvenes (qúe, eramos puros cabros chicos, si yo era el mayor y tenía 13 años), y para jóvenes. Gracias a mi insana afición por la emisora nacional Rock&Pop, pude conseguir a nuestro primer y único entrevistado: Jorge Lira, en ese tiempo conductor de La Grúa de dicha radio.
Fue tal como en la tele: llegó en auto, conversamos unos minutos antes del programa, estábamos bastante nerviosos y los pocos cigarros que habían nos calmaron un tanto. Él dijo "relájense, si algo tiene que salir mal, saldrá mal". Nos reímos, esa risita nerviosa del huevón que no sabe que esta haciendo, gracias a eso botamos un poco de stress. Llegada la hora, preguntas iban y venían, risas, llamados telefónicos y música entre tandas. Era perfecto. Claro, no taaaaan perfecto: la música que había en la radio, y la que normalmente tocaban no era de mi agrado personal ni del de mis colegas locutores. Pero ya que.
Durante una hora, pudimos reir, contestar el cuernófono, incomodar a nuestro invitado especial - que se preguntaba qué mierda hacen estos pendejos en radio, deberían tenerlos encerrados y fuera de la opinión pública. Al terminar el programa, un telefonazo sonó en la cabina del DJ "Omnium": "Don Elías" - el responsable de la señal, hombre en silla de ruedas que conocí días atrás, con el que llegamos a acuerdo- llamaba para darnos algunas instrucciones "que la música es esta, que los llamados son así, que cuando invitemos gente al estudio debemos avisar antes, etc... finalmente, de cuatro a seis de la tarde, cada domingo, los Locos de Remate estarían al Aire por la 107.7
Acortando la historia, luego de unos meses, el programa fue cortado y nunca más volvimos a estar frente a un micrófono dirigiéndonos a los radioescuchas (salvo en el exámen de grado, o creo que era de un ramo bastante importante, ayudando a Jorge Lira, pero eso es harina de otro costal, historia para otro cuento). Y asi fue como me enamoré del periodismo, de la radio, del mundo de las cámaras, luces, microfonos y entrevistas.
Desde que entré a estudiar Periodismo, el mundo que tenía pensado se vino abajo. La gran culpable fue mi querida profe Sole Vargas, que en el ramo de 1º año, nos dijo: Hay un oscuro GateKeeper que elige que noticia sale y cual no. Hay control monetario y grupos políticos que no pueden ser dañados por el medio, por su aporte y por su influencia. Vas a tener que venderle el alma al diablo, pero así es. La huevada MÁS jodida del mundo.
Me perdí, me dio lata, me desmotive mil y una veces, y me tenía harto la maldita escuela casita de chocolate. Ramos teóricos, nada de reporteo, pura mierda enlatada y hasta ahora ningún acercamiento a la realidad de los medios. Es jodido ser idealista, soñador, y combativo, cuando tu lápiz tiene tanta fuerza como la ampolletita de Mafalda o el discurso del Papa, o la Estatua de la Libertad.
Sin rumbo, sin tener una meta fija, y pensando que mi sueño de tener mi propio programa de radio era imposible a estas alturas, quería terminar cuanto antes el mero trámite que significa ser alumno universitario, por que digámoslo así, como buen anarquista inconformista reformista antisocial negativista primitivista antigente, tampoco creo en las universidades, en los sistemas de educacion ni en el viejito pascuero. Estaba en medio de la nada, sin saber cómo podía mezclar mi vida personal (extravagante malabarista mago scout músico escritor punk anarquista inconformista reformista antisocial negativista primitivista antigente), con el mundo del periodismo, con mi carrera, y mi futuro ideal de vida.
Vagando entre Tongoy y donde el Diablo perdió el poncho, mas perdido que el Teniente que descubrio américa por el celular de Faúndez ingeniería electrónica e instalaciones varias
"buenas tardes", bajé al plan de mi amado puerto, el que me recibio cuando llegué unos 6 años atrás, a encontrarme con mi compadre amigo de cervezas y campamentos, mi carnal de carnales, el Tigre. Y, luego de unas cervezas, conversando de la vida y filosofando de por qué somos FANS del Cangrejo y le rendimos pleitecía, comenzamos a conversar de un proyecto, algo que por su parte él había pensado, y yo por mi parte también había elaborado algo parecido. Y ahí fue, en esa misma escalera vieja de la subida Ecuador, el gastado lugar de juergas, donde hacía poco mas de un mes empezó el jaleo que partió con un amigo asaltado y terminó en una gresca de proporciones, calles más abajo, y con unos cuantos hematomas cada uno. Ahí, con lo que quedaba de cerveza en la botella y con dos cigarros escamoteados a un pasante desprevenido, que encontré la forma de conllevar mi agitada vida con mi pasion de escribir y ser periodista.
Miré al cielo, una noche sin estrellas, sin luna. Veo a mi alrededor, mi compadre
echando la corta unos escalones más abajo en un muro rayado y maloliente por el ritual que perpetuaba en ese momento, los restos de un envase de cerveza Báltica, y la botella a medio vaciar que nos pertenecía, y lo entendí: No podía ser otro lugar, no podía ser un escenario diferente.
Debía ser ahí, por que ahí es donde mi mente fluía a mas de mil por hora en una interminable autopista inexistente. Ese escenario era parte de mi vida, y lo había aprendido a aceptar, a respetar, incluso a tenerle aprecio... con la U, tenía que pasarme lo mismo, pero no podía pasarme EN la Universidad, no. No es lo mío. Tenía que encantarme con mi carrera, con la U, con mi Futuro, en el mismo lugar donde pareciera que no hay futuro alguno... dirán que es sólo una excusa, dirán que son tonterías, dirán mil y una cosas, pero me da igual. Pueden decir lo que quieran, pero aun así, están leyendo esto, y llegaron al final de mi historia.
Bitácora del Capitán: Agosto 31, 2009. 15:51
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Tienes Punk Rock?