Cómo quisiera escribir, como quisiera escribir...
como quisiera escribir.
Han pasado muchas lunas, el sol se seca y el agua canta al tambalearse en el mar. Las horas pasan frente al reloj y desde la ventana una postal de Valparaíso entre rejas me llena, con balazos y sirenas entremedio.
Fumo un tabaco mientras mi compañero de andanzas duerme (y ronca) en su cama, casi en pelota el huevón por este calor de mierda que me hace sudar. El melón con vino ayuda pero los hielos se derriten y a esta hora no queda nada en el freezer. Noche muerta en el silencio muerto interrumpido por el ventilador del compu que trabaja al doble de lo normal.
Fuck!
Quisiera volver a escribir, pero.. tengo tanto que contar carajo, qué ni idea de dónde empezar.
Releí lo último que había escrito en este pedazo de teclado con olor a tinta, y saben, cuesta saldar cuentas con el destino. Pedía un cambio, una nueva realidad que me remeciera, y ahí estuvo, frente a mí por meses, escrita en un muro universitario, escrita en la pared de la esquina, escrita en la sangre de los caídos. Escrita.
La verdad es escrita, y la escritura es verdad. Es aliento, es palabra, es voz y voluntad. Nunca escucharon eso de "dicho y hecho"?. Uff, la verdad nos golpea de frente con un uppercut y un balazo suena en lo profundo del cerro, mientras sigo mirando por la ventana a ver si pasa la bala y termina con esta existencia gris. Jajaja!
Para melodramas veo la tele.
No, ya no es lo mío. Quise realidad y la tuve, quise un nuevo empezar y la vida me pateó tan duro que tuve que reconstruirme casi al 100% en una travesía de más de un año. Sí, una vez que inicias el viaje, dura para siempre pues todo el existir es una aventura digna de ser narrada.
Pues bien, aquí voy a narrar (o al menos eso pretendo), esta soledad falsa de sentimiento gris con arcoiris de amanecer y lluvia sobre el ocaso. Esta vida errante y alegre, de agua y de circo, en que se ha transformado mi vida, mi YO.
Aquí desnudo el alma, y digo.. Estoy vivo, estoy aquí. Y la noche llena de astros el firmamento del puerto que me hizo volver.
Agur!XLV