domingo, 1 de noviembre de 2009

Número XVIII: Pride?

No sé si está bien como me siento ahora. Es raro. Acabo de terminar de hablar con quien, durante años, consideré mi hermano menor, y creo que será la última vez que hablemos, al menos dentro de mucho tiempo. Debería sentirme triste, o enojado, o quién sabe, pero me siento bien, incluso es como si no me importara, si no me hubieran importado sus palabras. Aunque hubo algo que me jodió. Mejor dicho no me jodió, pero sí me caló hondo: “no te compro como scout”. Me da igual que no me compre como persona, como amigo, como sea, pero lo de scout, eso me molestó.

Será por los campamentos, por las largas noches a los pies de una fogata, por la vez que intenté apuñalar a un fantasma (historia aparte), por todas las peleas, las historias, caminatas, viajes en bus y gargantas desgastadas… por todo eso, será que no le creí. O que, si de verdad lo decía, ha sido un cínico durante años. Bue, da igual

No me molestó para nada que me dijera que no me compra como persona, incluso, estuve a punto de decirle que yo tampoco, que me da igual, y que haga lo que quiera, pero encontré que sería demasiado, sería ir muy lejos. Sería restregarle algo en la cara, aunque no se muy bien qué, pero sería eso.
Me da lástima. Digamos que desde hace un tiempo hasta ahora las cosas con mis amigos no han ido de lo mejor. Llegan momentos en que siento que la amistad es totalmente plástica, como esas que son por fuerza o interés. Y lo peor de todo es que me da casi igual. O sea, con ellos, con mis supuestos hermanos, me da igual que la amistad esté así. Creo que debe ser por todo el tiempo que pasó sin que esa flor se regara, aunque suene medio gay. Al menos, o tal vez es lo más terrible, mis otras amistades están bien. Mis otros amigos, mis otros núcleos, va todo de maravilla.

Mi compadre está soltero, y aún llora por quien fue su musa por casi tres años. Yo lo veo y trato de no decir nada. Es que es jodido cuando le dices a alguien lo que va a pasar o lo que debe hacer, y no te hacen caso, no te pescan, incluso se enojan contigo, pero llegada la hora, pasa todo tal cual habías predicho. Y no puedes enrostrarle eso, por que consideran que es un triunfo o algo así, y les molesta. Pero bue, la cosa es así, está todo sobre la mesa y tú tienes un póker de ases que se lleva el monto.

Diría que es la última conversación que tendré con mi hermanito, hasta que madure un poco. Eso debe ser. Como que últimamente estoy sintiendo que ciertas cosas me atan, me detienen, me hacen retroceder. Como que veo a mis hermanos como más chicos, y siento que no puedo explicarles el mundo en el que me encuentro ahora, es como un universo totalmente distinto. Lo jodido es que esto me pasa hace bastante, solo que no he querido hablar, para no dejar la cagada y que todo se rompa. Pero creo que tarde o temprano las cosas se romperán igual. Lo que me preocupa es que no me inquieta, no me duele o no me molesta tanto tener que hacerlo, tener que romper la frecuencia, tener que alejarme, al menos hasta que volvamos a poder entenendernos. O no…

Acabo de escribir la entrada número XVII, y ya estoy sobre la XVIII, y la publicaré de todos modos, de todas formas, la entrada anterior resume en sus últimas líneas la excusa para escribir que tuve en ese momento. Por ahora, ordeno mi cabeza, intento seguir la serie SKINS de MTV (realmente la recomiendo), y pongo fin a este pedazo de nada número dieciocho. Lo que pasará con mis amistades, lo que haga o deje de hacer, será cosa de otro capítulo.

Bitácora del Capitán: Noviembre 02, 2009. 00:21
-I Want to Play A Game

No hay comentarios:

Publicar un comentario