miércoles, 5 de mayo de 2010

Número XXVI: SoundTrack 2.0

Una de las primeras entradas de este proyecto de blog (revisando vi que era la número 8), llevaba la misma palabra por título: Sound Track. Pero en ese entoces lo que escribí no tenía ninguna relación con lo que quiero plasmar hoy.

En esa instancia, mi mente viajaba en otro sentido, y el soundtrack al que me refería eran las antiguas canciones y bandas que acompañaron mis años mozos. (Para más info AQUÍ)

Luego de la aclaración sigo con la razón que me hizo escribir hoy. Wow, al parecer volví a escribir en serio, seguido. No tuve botado solamente al blog, si no a las letras en general, dejando de escribir por meses y meses. Curioso.

Nunca les ha pasado que, en un momento dado, que por alguna razón es especial para uno, justo suena una canción. Puede ser que uno mismo la tararea, o la canta en la cabeza o a viva voz; o bien la escuchas de alguna parte (una casa, un auto, un parlante o como sea), y es justamente una canción que va acorde a la situación. Es como si la vida pusiera su propio soundtrack autónomo e independiente, diferente con cada uno, que se presenta en momentos que uno no imaginaría. Y cada vez que ese soundtrack suena uno no puede hacer nada más que tomarle atención. Ya me ha pasado mil y una veces, y esas mil y una veces ha dicho algo especial.

Es raro, incluso retorcido, que la vida y su energía nos deparen sorpresas así, me trae a la memoria ciertos momentos que quedaron grabados en mi cabeza, como cuando en 3º medio mi mejor amiga, la que me ayudó a mantenerme cuerdo en esa cagá de colegio, y que de paso quería secretamente, me dijo que no quería volver a verme, a hablarme, a saber nada de mí. Sí, es melodramático y todo, pero no deja de ser cierto. Y bueno, en ese momento el tiempo se detuvo, y la cosa se jodió... En mi cabeza empezó a sonar Solo Vivir de Skalariak, mientras yo me alejaba después de haberla mandado a la mierda y haberle dicho que si no me quería cerca me iría a Santiago con mi viejo (estaba tan harto de Valpo ese tiempo que feliz me hubiera ido a terminar la media allá). Voy bajando las escaleras del tercer piso, y en mi mente se repetía una y otra vez el "Quiero vivir mi vida, por fin sin ti seré muy feliz..." El cómo terminó la historia lo dejaré para otra ocasión, cuando hable de ella.

Recuerdo también el día en que, en la oscuridad de la noche, sentado a la ventana en un bus, me dirijía a este puerto, para quedarme definitivamente. Creo que fue el primer día de marzo. Alcancé a despedirme de mis mejores amigos, aunque quedaron algunos que no pude ver... y partí, sin nada claro, salvo que volvería a vivir con mi viejo después de años de separación, volvería a estar bajo sus normas, y volvería a tener problemas con él, a discutir, etc... Mientras pensaba en todo eso, en mis audífonos sonó Lejos Estoy de Dos Minutos, mientras me alejaba kilómetro a kilómetro de mi condominio, mis amigos, mi colegio, mi vida. Mis 14 años se iban a la mierda al llegar a esta ciudad hostil y diferente, y la música me jodía más. Pero en una parte de la canción dice "Pero pronto nena yo regresare, Y celebraremos estar juntos otra vez..." Sí, algún día tendría que volver, de visita o a vivir, pero volvería... La vida volvía a atacar con la canción justa.

Cuando pasa eso, no hay palabras, no hace falta agregar nada, la música lo dice todo. La vida tiene su propio SoundTrack, solo hay que escuchar de verdad. Cuando terminé con mi ex también escuchaba una canción varias veces... cuando las cosas estaban mal con la Claudia (la mina de Santiago con la que anduve un rato), justo salió Mike Bailey con su versión de "Wild World" en Skins, y así un suma y sigue. Obviamente no todo es tragedia. Recuerdo muy bien mi último día de clases en el colegio, cuando iba en la micro en la mañana, y en la Rock & Pop sonó Welcome to the Jungle, como diciendo que ahora se venía la selva, y que me preparase para ello.

Bien, hoy la vida volvió a hacer de las suyas al meterse en mi sistema auditivo con una canción, y más específicamente el coro de una, mientras hablaba virtualmente gracias al invento que Bill Gates compró a bajo precio a algún genio tecnológico, y lo transformó en el Msn. Estaba chateando con una persona que, para mí, es muy especial, y que de verdad quisiera conocer más a fondo, pero por las circunstancias y por mis miedos o aprehensiones, no he jugado ninguna carta con ella. La cosa es que hablábamos, no recuerdo muy bien de qué, yo tenía puestos los audífonos y estaba corriendo el Foobar, tal como en este momento, y apenas abro la ventana para responder algo que me escribió (no, no voy a transcribir la conversación...mejor suerte para la próxima), sonó algo de Incubus.

Alguna vez me pregunté qué tan lejos podría ser capaz de abrir mi alma, mi mente, mi YO, en este blog, este medio tan vacío, tan lejano y plástico, pero que a la vez permite tanto ("el papel aguanta mucho", y este es el papel de hoy en día). Pues bien, creo que hasta acá llegaré por hoy, por ahora, por hablar de esto, de ella... De todos modos, estoy seguro que se dará cuenta...



La vida tiene su propia Banda Sonora para cada uno de nosotros...


Bitácora del Capitán: Mayo 05, 2010. 00:14



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